domingo, 7 de abril de 2013

[Análisis] Resistance 3

Los Quimera casi han acabado con la raza humana. Cuatro años después de la última resistencia de los Sentinelas, el mundo que una vez supo combatir yace en ruinas; ningún lugar es seguro para los supervivientes, que se refugian en las sombras.
Pero donde hay vida, hay esperanza. Y debo luchar. En mí está la última oportunidad de devolver el golpe. Soy la resistencia.

El mundo (o lo que queda de él)

Tras años de lucha, el 90% de la población mundial fue asesinada o infectada con el virus quimera. Y esto incumbe a Nathan Hale, que luchó hasta el final pero no pudo resistir y termino sucumbiendo bajo el plomo de Joseph Capelli.
Demostrando que Hale es parte fundamental para erradicar a los asquerosos invasores, después de muerto sigue haciendo de las suyas. Su sangre es la clave para sintetizar una cura para el virus.
Pero las buenas noticias acaban ahí.
La única forma de mantenerse “a salvo” es quedarse en los pobres refugios que se pueden armar. Los Quimera mantienen un avance constante sobre las ciudades del mundo, arrasando con todo a su paso –y sin intenciones de cambiar de planes–.
Como si esto fuera poco, el clima comienza a volverse más hostil. Las temperaturas bajan cada vez más. El planeta se está congelando.
Y nosotros –Capelli– lo sabemos.
Aparentemente, todos estos cambios están relacionados con una inmensa torre que sobrevuela Nueva York. Y parece ser que la única forma de dar un contragolpe y empezar a dar vuelta el resultado es yendo hasta allá.
Mitad por salvar a la humanidad y mitad –una mitad un poco más grande– por salvar a su propia familia, Capelli deja Oklahoma y emprende el viaje más peligroso de su vida hasta la ciudad que nunca duerme para “hacer lo que pueda”.

Si tengo que morir

Apenas empieza la campaña uno se da cuenta que no está ante un FPS “normal” de hoy día, sino uno de la vieja escuela.
En primer lugar, olvídense de la vida que se cura sola. Acá si no queremos fallar en nuestra misión vamos a tener que proveernos de medikits, que se encuentran esparcidos por los niveles o que sueltan los Quimera al morir.
En segundo lugar, nada de “sólo podes llevar dos armas”. En total vamos a tener 12 opciones diferentes para acabar con los enemigos –sin contar los 4 tipos de granadas–. A medida que usemos cada arma se irán mejorando hasta un máximo de nivel 3, aumentando su poder con cada nivel.
Pero eso no es todo, falta lo mejor. Cada arma cuenta con un disparo secundario. Así pasamos por la querida Magnum y sus balas explosivas, hasta el Perforador que genera un escudo frente a nosotros para guarecernos del ¿plomo? enemigo. Amor con forma de rifle.
Tal vez estos detalles parezcan mínimos, pero la verdad es que agregan una buena dosis de variedad y adrenalina. A esto súmenle algunos giros inesperados en la historia y unos jefazos de gran porte. La experiencia es más que gratificante.

Bugeado por pensar en ti

Seamos sinceros, todos los juegos tienen sus fallas. Y R3 no es la excepción.
Más allá del problema que tuve con la instalación, en el transcurso de la historia nos podemos encontrar con un par de bugs. Algunos más molestos que otros.
El más notable de todos es el que deja a los NPCs tildados frente a una puerta que tienen que abrir para que podamos seguir avanzando, impidiéndonos continuar con la aventura. La única solución que nos dejan es el suicidio, para ver si en el siguiente intento hacen lo que deben.
Por otro lado, la IA tiene algunos problemitas importantes. Normalmente –NORMALMENTE– los enemigos combaten correctamente. Pero es muy común verlos venírsenos encima y de pronto quedarse parados frente a nosotros esperando que les volemos el marote.
Cabe aclarar que este problema de IA se nota más en dificultades medias, ya que en sobrehumano –la más jodida– los Quimera se la pasan disparando, sin tiempo para pensar.

Shootear pegados es shootear

Por último, pero no menos importante, algunas cosas a tener en cuenta.
R3 tiene multiplayer, con un máximo de 16 jugadores y los tipos de partida comunes a la mayoría de los FPS. A su vez, cuenta con un modo cooperativo –online y a pantalla dividida– muy sólido, permitiendo jugar toda la aventura de punta a punta de a dos jugadores.
Además trae la opción para jugarlo en 3D en una TV que lo soporte, y es compatible con Move y Sharpshooter –lógicamente, no se puede usar en pantalla dividida–. Con referencia a esto ultimo, hay una edición especial llamada Doomsday Edition, que viene con el juego y todo el kit del Move+Sharpshooter.
También hay que decir que el juego viene doblado enteramente al español. Como suele suceder con los doblajes, la voz de la mayoría de los personajes principales se adecua muy bien mientras que las de algunos secundarios no están tan bien logradas.

Resistance 3 es un buen FPS exclusivo de PS3, digno de una franquicia que ha sabido ganarse su lugar. Cierto es que tiene algunos altibajos en la calidad, pero esto no desluce el resultado final, con una buena cuota de emoción y algunas vueltas de tuerca interesantes que lo hacen una excelente opción dentro del género.


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