viernes, 27 de abril de 2012

Arrestenme, soy gamer...

Hay un tema que es recurrente cada vez que hechos de violencia, sobre todo de gran magnitud, tienen lugar. Pero no es solo por el hecho violento en sí, sino más bien, en aquellos que parecen no tener un motivo “claro”. ¿Qué quiero decir con claros? Que no se producen, por ej., en una situación de robo o un asesinato puntual, sino que suelen ser conductas fuera de lo común, donde un sujeto ataca a pares por el simple hecho de asesinar gente o algo por el estilo.
Y cuando esto sucede, además del revuelo que genera a nivel mundial, siempre arrastra la gran polémica… “El asesino jugaba GTA”.

Hace poco Anders Behring Breivik (33) dijo, en el juicio que se le está llevando a cabo, que “usaba Call of Duty: Modern Warfare 2 para practicar su puntería”. Esto no hizo más que llevar la mirada de muchos medios y organizaciones nuevamente a los videojuegos, fundamentando que incitan a los jugadores a adoptar conductas violentas. De más está decir que afirmar esto sería como decir que Sergio Ramos patea los penales como los patea porque juega al FIFA…
"La masacre en Utoya en particular requería preparación mental, dijo. El jueves explicó que usó videojuegos hasta unas 16 horas al día y usó meditación diaria para "aplastar" emociones y prepararse para su propia muerte."
Para los que no saben quién es Breivik, se trata de un terrorista noruego que el día 22 de julio de 2011 llevo a cabo la mayor masacre de Noruega con un saldo de 77 víctimas.
Más allá de este lamentable episodio, quiero enfocarme en el hecho de que apunten a los videojuegos, no como causa, pero sí como cómplices del atentado. Sin embargo, no quiero que tomemos este suceso como el único a analizar, porque no es el primero y, seguramente, tampoco es el último.
Comencemos por el pensamiento más básico que hay: ¿Cuántos de nosotros jugamos GTA, Call of Duty, Mortal Kombat, God of War, Gears of War, Counter Strike? ¿Cuántos de nosotros pensamos en salir a la calle con un fusil a acribillar personas o con un par de cuchillas a apuñalar a alguien? Yo no. Y espero que sus respuestas sean similares a la mía. ¿No les parece que si los videojuegos fueran impulsores de la violencia habría muchísimos más casos? Hay millones de jugadores que consumen juegos con contenido violento, y sin embargo no veo que salgan a la calle a matarse a palos…
Tampoco puedo afirmar que, en caso de que la persona YA POSEA CIERTA ALTERACION A NIVEL PSICOLOGICO, los juegos de este tipo no ayuden a “profundizar” estas anomalías. Pero sea o no así, igualmente le estamos errando a la cuestión. Decir que una persona lleva a cabo este tipo de acciones porque los juegos que consume poseen un alto grado de violencia es ridículo, e incluso me animaría a decir que es una manera bastante sencilla de desviar la mirada de los verdaderos motivos del asunto.
"Pero se ha declarado no culpable, insistiendo en que defendía al país contra las olas de inmigrantes musulmanes que permitía la izquierda política" -Sobre el caso Breivik
¡Ajá! Ahora la cosa parece tener otro rumbo, quizás mejor orientada.
Como podemos ver, el caso es mucho más complejo que “el acusado jugaba Call of Duty para entrenarse”.
En principio habría que analizar el contexto en que la persona se crió, la relación de y con sus padres, que valores le fueron inculcados, su relación con sus compañeros, con sus amigos, etc.
Por otro lado, buscar las causas por las que esta persona posee sentimientos de rechazo hacia personas de otras culturas, de otros países… De donde proviene esa xenofobia, racismo, o lo que sea que la persona exprese frente a los demás.

Necesitamos entender que estos actos no son fundados por los videojuegos que una persona juega, sino por otros motivos, mucho más profundos. Hay que comprender que los juegos no son más que chivos expiatorios de las enfermedades que sufrimos como sociedad.
Xenofobia, racismo, homofobia, desocupación, patologías que impulsan el odio y la desesperación de las personas. A esto hay que sumarle una educación deficiente y padres que, por el ritmo que tienen las cosas hoy en día, parecen estar demasiado ocupados para poder explicarle a sus hijos la diferencia entre hacer el bien y hacer el mal, decirle lo que significa el respeto hacia los demás y hacia la vida misma. Existe una desvalorización de la vida, incluso de la propia. Y por supuesto, si no importa la vida propia ¿Por qué va a importar la de los demás?.
Los seres humanos somos violentos por naturaleza, y poco hacemos para cambiar esta conducta. Una sociedad violenta no puede hacer mucho más que generar individuos violentos.

Quizás, cuando nos dejemos de boludeces y nos enfoquemos en los verdaderos problemas que tenemos, empecemos a encontrarle una solución a estos lamentables hechos.

“No creo que los juegos representen la violencia en su justa medida. Cuando golpeas a alguien o le infringes dolor, el rostro se desfigura, por poner un ejemplo, y yo quiero juegos que muestren eso. Si no ves el dolor, no puedes entender lo que has hecho, y librarás batallas y batallas sin tomar responsabilidad de tus actos. No quiero ignorar eso. Quiero que los jugadores piensen, aunque sólo sea un poco, acerca de lo que la violencia y la guerra son en realidad” 
-Hideo Kojima

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